

Historia:
Julian era un joven y curioso ángel guardián, su trabajo consistía en proteger a su humano asignado, un pequeño niño llamado Liam, un niño solitario, retraído y sin amigos. Julian sentía lastima por el pequeño Liam más cuando esté sufrió la pérdida de su madre por causas naturales, por lo que Julian decidió hacerse más presente en su vida, convirtiéndose en su amigo imaginario, Liam no podía verlo ni escucharlo pero si podía sentir su presencia cuando este lo ayudaba en situaciones difíciles o simplemente le hacía compañía. Mientras los años pasaban Julian se hacía cada vez más cercano al humano pero por su parte Liam al crecer comenzó a sentirse demasiado mayor para tener amigos imaginarios, en muchas ocasiones le exigía a Julian qué se fuera, que ya no lo necesitaba, pero Julian no se apartaba de su lado, aún cuando las palabras del chico lo lastimaban. Liam empezó a ser más sociable y a conseguir amigos, incluso se hizo de una novia, fue cuando Julian comenzó a sentir celos de las nuevas amistades de Liam, parecía imposible para un ángel sentir algo tan mundano como los celos, pero su tiempo en la tierra y su relación tan cercana con su humano lo llevó a corromper su perfección sin darse cuenta, Julian estaba tan molesto que por un momento se alejó de Liam, obedeciendo su deseo de que lo dejara solo.
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​Julian no pudo notar que las amistades de Liam lo estaba induciendo a consumir drogas y hacer cosas malas, para cuando Julian volteó la vista de nuevo a Liam este ya había tocado fondo con las drogas y había caído en una fuerte depresión, estaba apunto de terminar con su vida, en lo alto de un edificio se paro justo en el borde, dando la espalda al vacío, solo era cuestión de dar un paso hacia atrás y caer a una muerte segura. Los ángeles guardianes aún cuando su deber es proteger a los humanos de los peligros que los rodean estos no tienen permitido intervenir cuando el humano atenta contra si mismo, pues estarían infringiendo el libre albedrío humano, sabiendo esto Julian imploro a los dioses qué le dieran un cuerpo humano para convencer a Liam de desistir de sus planes, los dioses aceptaron su petición y en aquel momento cuando Liam da un paso atrás Julian sé manifiesta físicamente frente a él, pero ya era tarde, Liam solo puede ver a Julian un segundo antes de que las luces se apaguen por completo. Desbastado por la muerte del humano, Julian se deprime profundamente, las emociones tan humanas de Julian comenzaron a ser rechazadas en el cielo por lo que los dioses decidieron dejarlo en la tierra a su suerte, Julian comenzó una vida humana en la ciudad de Darkened City. Pero aún con la oportunidad qué tenía de vivir mejor de lo que su humano lo había hecho Julian no podía olvidar el fracaso que tuvo como ángel guardián y sobre todo no podía olvidar a Liam, aquella culpa y dolor lo perseguirían toda su vida inmortal.